Alfabetización Ecológica

jueves, 5 de junio de 2008

Epílogo del libro El Tejido de la Vida, por Fritjof Capra

(enviado por Edson Joanni)
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Reconectarse con el tejido de la vida significa construir y nutrir comunidades sustentables en las que podamos satisfacer nuestras necesidades y aspiraciones, sin disminuir las oportunidades de generaciones futuras. Para esta tarea podemos aprender valiosas lecciones del estudio de los ecosistemas, que son comunidades sustentables de plantas, animales y microorganismos. Para entender estas lecciones necesitamos aprender los principios básicos de la ecología. Necesitamos volvernos, por así decirlo, ecológicamente alfabetizados. Ser ecológicamente alfabetizados, o “eco-alfabetizados”, significa entender los principios de organización de las comunidades ecológicas (los ecosistemas) y usar esos principios para crear comunidades humanas sustentables. Necesitamos revitalizar nuestras comunidades –incluyendo nuestras comunidades educativas, comerciales y políticas– para que los principios de la ecología se manifiesten en ellas como principios de educación, administración y política.
La teoría de los sistemas vivos discutida en este libro provee un marco conceptual como eslabón entre las comunidades ecológicas y las comunidades humanas. Las dos son sistemas vivos que exhiben los mismos principios básicos de organización. Son redes cerradas en cuanto a organización, pero abiertas a los flujos de energía y recursos; sus estructuras son determinadas por sus historias de cambios estructurales; son inteligentes debido a las dimensiones cognoscitivas inherentes a los procesos vitales.
Hay muchas diferencias, claro, entre los ecosistemas y las comunidades humanas. En los ecosistemas no hay auto-conciencia, ni lenguaje, ni conciencia, ni cultura; y por consiguiente no hay justicia o democracia; pero tampoco codicia o deshonestidad. No podemos aprender nada de los ecosistemas sobre esos valores y limitaciones humanas. Pero lo que sí podemos y debemos aprender de ellos es como vivir en forma sustentable. Durante los tres mil millones de años de evolución, los ecosistemas del planeta se han organizado en formas sutiles y complejas de manera de aumentar al máximo la sustentabilidad. Este conocimiento de la naturaleza es la esencia de la eco-alfabetización.
Basándonos en el modo de ver a los ecosistemas como redes autopoiéticas[i] y estructuras disipativas[ii], podemos formular un juego de principios organizativos que pueden ser identificados como los principios básicos de la ecología y podemos usarlos como las pautas para construir comunidades humanas sustentables.
El primero de esos principios es la interdependencia. Todos los miembros de una comunidad ecológica están interconectados por medio de una inmensa e intrincada red de relaciones, el tejido de la vida. Derivan sus propiedades esenciales y, de hecho, su existencia misma, de su relación con las otras cosas. La interdependencia –la dependencia mutua de todos los procesos vitales– es la propia naturaleza de las relaciones ecológicas. La conducta de cada miembro vivo del ecosistema depende de la conducta de muchos otros. El éxito de la comunidad entera depende del éxito de sus miembros individuales, mientras que el éxito de cada miembro depende del éxito de la comunidad en conjunto.
Entender la interdependencia ecológica significa entender las relaciones. Esto requiere de cambios de percepción que son característicos del pensamiento sistémico –de las partes al todo, de los objetos a las relaciones, de los contenidos a los patrones. Una comunidad humana sustentable es consciente de las múltiples relaciones entre sus miembros. Nutrir la comunidad significa nutrir esas relaciones.
El hecho de que el patrón básico de la vida tenga forma de red significa que las relaciones entre los miembros de una comunidad ecológica son no-lineales, involucrando múltiples lazos de retroalimentación[iii]. Las cadenas lineales de causa y efecto casi no existen en los ecosistemas. Por lo tanto, una perturbación no se limitará a un solo efecto, sino que probablemente se extenderá en patrones más y más grandes. Incluso puede ser amplificada por lazos interdependientes de retroalimentación, llegando a ocultar totalmente el origen de la perturbación.
La naturaleza cíclica de los procesos ecológicos es un principio importante de la ecología. Los lazos de retroalimentación del ecosistema son las sendas a lo largo de las cuales se reciclan continuamente los nutrientes. Ya que son sistemas abiertos, todos los organismos en un ecosistema producen residuos, pero lo que es desecho para una especie es alimento para otra, de manera que el ecosistema como un todo permanece sin pérdidas. Las comunidades de organismos han evolucionado de esta manera por miles de millones de años, usando y reciclando continuamente las mismas moléculas de minerales, agua y aire.
La lección que hay aquí para las comunidades humanas es obvia. Una de las confrontaciones más importantes entre la economía y la ecología deriva del hecho de que la naturaleza es cíclica, mientras que nuestros sistemas industriales son lineales. Nuestras empresas toman recursos, los transforman en productos más deshechos, y venden los productos a los consumidores, quienes producen más deshechos luego de consumir los productos. Los modelos sustentables de producción y consumo deben ser cíclicos, imitando los procesos cíclicos de la naturaleza. Para lograr tales modelos cíclicos, es necesario rediseñar fundamentalmente nuestros negocios y nuestra economía.
Los ecosistemas difieren de los organismos individuales en que aquellos son en gran medida (aunque no completamente) sistemas cerrados con respecto al flujo de materia, pero abiertos con respecto al flujo de energía. La fuente primaria para ese flujo de energía es el sol. La energía solar, transformada en la energía química por las plantas verdes por medio de la fotosíntesis, mantiene a la mayoría de los ciclos ecológicos.
Las implicaciones para el mantenimiento de comunidades humanas sustentables son de nuevo obvias. La energía solar en sus muchas formas –luz solar para calefacción y electricidad fotovoltaica, viento y energía hidroeléctrica, biomasa, etc.– es el único tipo de energía que es renovable, económicamente eficaz y que no es nociva para el medio ambiente. Por no prestar atención a este hecho ecológico, nuestros líderes políticos y corporativos ponen una y otra vez en peligro la salud y el bienestar de millones de personas alrededor del mundo. La guerra de 1991 en el Golfo Pérsico, por ejemplo, que mató a centenares de miles, empobreció a millones y causó desastres ambientales inauditos, tuvo su origen en gran parte en las políticas energéticas equivocadas de los gobiernos estadounidenses de Reagan y Bush.
El describir a la energía solar como económicamente eficaz supone que se cuenten honestamente los costos de producción de energía. Éste no es el caso en la mayoría de las actuales economías de mercado. El así llamado mercado libre no proporciona la información apropiada a los consumidores, porque los costos sociales y medioambientales de producción no son parte de los modelos económicos actuales. Estos costos son etiquetados como variables “externas” por los economistas del gobierno y de las corporaciones, porque no encajan en su encuadre teórico.
Los economistas de las corporaciones no sólo tratan como artículos de consumo gratuito al aire, al agua y a la tierra, sino también al delicado tejido de las relaciones sociales, que son profundamente afectadas por la continua expansión económica. Las ganancias privadas se hacen a un gran costo público en cuanto al deterioro del ambiente y de la calidad de la vida en general, y a costa de las generaciones futuras. El sistema comercial simplemente nos da información incorrecta. No hay retroalimentación, y una alfabetización ecológica básica nos dice que semejante sistema no es sustentable.
Una de las maneras más eficaces de cambiar la situación sería una reforma fiscal ecológica. Tal reforma sería estrictamente neutral a las ganancias, pasando la carga tributaria de los impuestos a los ingresos a los “eco-impuestos". Esto significa que se agregarían impuestos a los productos existentes, a las formas de energía, servicios y materiales, para que los precios reflejaran los verdaderos costos. Para tener éxito, una reforma impositiva ecológica necesita ser un proceso lento y a largo plazo, para dar tiempo suficiente a las nuevas tecnologías y a los modelos de consumo a adaptarse, y los eco-impuestos deben ser aplicados de forma previsible para alentar la innovación industrial.





Semejante reforma impositiva ecológica, lenta y a largo plazo, gradualmente sacaría del mercado a las tecnologías y modelos de consumo despilfarradores y dañinos. A medida que subieran los precios de la energía, con las correspondientes reducciones al impuesto a las ganancias para compensar el aumento, las personas cambiarán cada vez más de los automóviles a las bicicletas, a usar el transporte público y a compartir vehículos para ir a trabajar. Al subir los impuestos a los productos petroquímicos y al combustible, de nuevo con reducciones compensadoras en los impuestos al ingreso, el cultivo orgánico no sólo sería el más saludable sino también la forma más barata de producir alimentos.
Los eco-impuestos están actualmente siendo discutidos seriamente en varios países europeos y probablemente serán introducidos tarde o temprano en todos los países. Para permanecer competitivos bajo tal sistema nuevo, los gerentes y empresarios necesitarán volverse ecológicamente letrados. En particular, el conocimiento detallado del flujo de energía y materia a través de una compañía será esencial, y es por esto que la práctica recientemente desarrollada de “eco-auditorías” será de gran importancia. Una eco-auditoría se preocupa por las consecuencias medioambientales de los flujos de materia, energía y personas a través de una compañía, y por consiguiente con los verdaderos costos de producción.
La asociación es una característica esencial de las comunidades sustentables. Los intercambios cíclicos de energía y recursos en un ecosistema son mantenidos por una cooperación profunda. De hecho, hemos visto que desde la creación de las primeras células con núcleo, hace más de dos mil millones años, la vida en la Tierra ha procedido a través de arreglos cada vez más intrincados de cooperación y evolución conjunta. La tendencia a la asociación –a relacionarse, a establecer lazos, a vivir uno dentro de otro y cooperar– es uno de los sellos de vida.
En las comunidades humanas asociarse significa democracia y fortalecimiento personal, porque cada miembro de la comunidad juega un papel importante. Combinando el principio de asociación con la dinámica de cambio y desarrollo, podemos también usar metafóricamente en las comunidades humanas el término de “coevolución”. A medida que una asociación progresa, cada miembro entiende mejor las necesidades de los demás. En una sociedad verdadera, comprometida, ambas partes aprenden y cambian –coevolucionan. Aquí también notamos la tensión fundamental entre el desafío de una sustentabilidad ecológica y la estructura de nuestras sociedades actuales, entre la economía y la ecología. La economía enfatiza la competencia, la expansión y la dominación; la ecología da énfasis a la cooperación, la conservación y la asociación.
Los principios de ecología mencionados hasta el momento –interdependencia, flujo cíclico de recursos, cooperación y asociación– son todos aspectos diferentes del mismo modelo de organización. Así es como se organizan los ecosistemas para aumentar al máximo la sustentabilidad.
Entendido este modelo, podemos hacer preguntas más detalladas. Por ejemplo, ¿Cuál es la flexibilidad de estas comunidades ecológicas? ¿Cómo reaccionan a perturbaciones externas? Estas preguntas nos llevan a otros dos principios de ecología –flexibilidad y diversidad– que son los que permiten que los ecosistemas sobrevivan a las perturbaciones y se adapten a las condiciones cambiantes.
La flexibilidad de un ecosistema es una consecuencia de sus múltiples lazos de retroalimentación, los cuales tienden a devolverlo al balance cuando hay una desviación de la norma, debido a cambios de las condiciones en el medio ambiente. Por ejemplo, si un verano extraordinariamente caluroso da como resultado un crecimiento mayor de algas en un lago, algunas especies de peces que se alimentan de estas algas pueden crecer y reproducirse más, y al aumentar su cantidad empieza a disminuir la cantidad de algas. Una vez que su fuente principal de comida se reduzca, los peces empezarán a morir. Conforme disminuye la población de peces, las algas se recuperarán y extenderán de nuevo. De esta manera la perturbación original genera una fluctuación alrededor de un lazo de retroalimentación, que a la larga trae al sistema peces/algas de regreso al equilibrio.
Perturbaciones de ese tipo ocurren todo el tiempo, porque las cosas en el medio ambiente cambian todo el tiempo, y así el efecto neto es una fluctuación incesante. Todas las variables que podemos observar en un ecosistema –densidad de población, disponibilidad de nutrientes, patrones del tiempo y demás– siempre fluctúan. Así es que como los ecosistemas se mantienen en un estado flexible, preparados para adaptarse a las condiciones cambiantes. El tejido de la vida es una red flexible, siempre fluctuante. Entre más variables se mantienen fluctuando, más dinámico es el sistema; mayor es su flexibilidad; y también mayor es su habilidad para adaptarse a condiciones cambiantes.
Todas las fluctuaciones ecológicas tienen lugar dentro de ciertos límites de tolerancia. Siempre existe el peligro que se derrumbe todo el sistema cuando una fluctuación va más allá de esos límites y el sistema ya no puede compensarla. Lo mismo es cierto para las comunidades humanas. La falta de flexibilidad se manifiesta como tensión. En particular, hay tensión cuando una o más variables del sistema son llevadas a sus valores extremos, lo que induce una mayor rigidez en todo el sistema. La tensión temporal es un aspecto esencial de vida, pero la tensión prolongada es dañina y destructiva para el sistema. Estas consideraciones llevan a la importante realización de que dirigir un sistema social –una compañía, una ciudad o una economía– significa encontrar los valores óptimos de las variables del sistema. Si uno intenta aumentar al máximo una sola variable cualquiera en lugar de optimizarla, esto llevará invariablemente a la destrucción del sistema como conjunto.
El principio de flexibilidad también hace pensar en una estrategia correspondiente para la resolución de conflictos. En cada comunidad habrá invariablemente contradicciones y conflictos, que no pueden resolverse a favor de uno u otro lado. Por ejemplo, la comunidad necesitará estabilidad y cambio, orden y libertad, tradición e innovación. En lugar de hacerlo por decisiones rígidas, estos conflictos inevitables serán resueltos mucho mejor estableciendo un equilibrio dinámico. La alfabetización ecológica incluye el conocimiento de que ambos lados de un conflicto pueden ser importantes, dependiendo del contexto, y de que las contradicciones dentro de una comunidad son señales de su diversidad y vitalidad, y por lo tanto contribuyen a la viabilidad del sistema.
En los ecosistemas el papel de la diversidad está estrechamente conectado con la estructura de red del sistema. Un ecosistema diverso también será elástico, porque contiene muchas especies con funciones ecológicas que se traslapan y pueden reemplazarse parcialmente entre sí. Cuando una perturbación severa destruye una especie en particular, de modo que se rompe un eslabón de la red, una comunidad con diversidad podrá sobrevivir y reorganizarse porque otros eslabones en la red pueden cumplir por lo menos parcialmente la función de la especie destruida. En otros palabras, cuanto más compleja es la red, cuanto más complejo es su patrón de interconexiones, más elástica será.
En los ecosistemas la complejidad de la red es una consecuencia de su biodiversidad y así una comunidad ecológica diversa es una comunidad flexible. En las comunidades humanas la diversidad étnica y cultural puede jugar un papel similar. Diversidad significa muchas relaciones diferentes, muchas estrategias diferentes para el mismo problema. Una comunidad diversa es una comunidad elástica, capaz de adaptarse a situaciones cambiantes.
Sin embargo, la diversidad es una ventaja estratégica sólo si hay una comunidad verdaderamente vibrante, sostenida por un tejido de relaciones. Si la comunidad está fragmentada en grupos aislados e individuos, la diversidad puede fácilmente volverse una fuente de prejuicio y fricción. Pero si la comunidad es consciente de la interdependencia de todos sus miembros, la diversidad enriquecerá todas las relaciones y así enriquecerá a la comunidad en conjunto, así como a cada miembro individual. En una comunidad semejante, la información y las ideas fluyen libremente a través de toda la red, y la diversidad de interpretaciones y de estilos de aprendizaje –aún la diversidad de errores– enriquecerá a la comunidad entera.
Éstos son, entonces, algunos de los principios básicos de ecología –interdependencia, reciclaje, asociación, flexibilidad, diversidad y, como consecuencia de todos aquéllos, sustentabilidad. Cuando se acaba nuestro siglo y vamos hacia el comienzo de un nuevo milenio, la supervivencia de la humanidad dependerá de nuestra alfabetización ecológica, de nuestra habilidad para entender estos principios de ecología y vivir de acuerdo con ellos.
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[i] Autopoiesis (del griego, “que se hace a sí mismo”). Término acuñado por Humberto Maturana y Francisco Varela para describir lo que hace que un organismo esté vivo. La organización es cerrada (las componentes ayudan a producir y transformar componentes –sin perder la circularidad) y crea una frontera con el medio. Hay una acoplamiento estructural con el medio; éste no especifica o dirige los cambios; no hay, estrictamente, un intercambio de información. (N.T.)
[ii] Estructura disipativa. Concepto desarrollado por Iliya Prigogine para caracterizar un sistema al cual un flujo de energía (desde y hacia el medio) lo mantiene lejos del equilibrio. Su dinámica es no lineal; una perturbación creciente puede llevar al sistema a una forma novedosa de orden, de mayor complejidad y auto-organización. (N.T.)
[iii] Lazo de retroalimentación. Concepto desarrollado por Norbert Wiener, Julian Bigelow y Arturo Rosenbleuth para explicar una cadena causal cerrada, en la que no se puede distinguir categóricamente entre causa y efecto. Un sistema se auto-regula en base a la información que recibe sobre su propia actividad. Si el efecto neto es amortiguar la perturbación, la retroalimentación es negativa (v.g. homeostasis). Una retroalimentación positiva, en cambio, amplifica una perturbación y puede llevar al sistema a un estado diferente (v.g. aprendizaje y auto-organización). (N.T.)
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Sobre el conflicto con los ruralistas

Rehenes de Monsanto






Qué duro es sentirse minoría en un país de falsas mayorías. Qué duro es ver que el gobierno nacional y los ruralistas luchan entre sí cuando son cómplices necesarios del país sojero. Qué duro es ver cacerolas relucientes y llenas de soja RR en el asfalto civilizado de Buenos Aires. Que duro es ver las cacerolas renegridas y sin tierra de los campesinos de Santiago del Estero. Que duro es ver a los estudiantes de universidades argentinas con sus carteles de apoyo a los ruralistas en huelga, como si Monsanto y el Che Guevara pudieran darse la mano. Que duro es recordar que esas cacerolas relucientes, esos estudiantes movilizados y esas familias temerosas del desabastecimiento no salieron a la calle cuando los terratenientes de este siglo XXI expulsaron a familias y pueblos enteros para plantar su soja maldita. Qué duro es ver la furia ruralista al amparo de reyes sojeros como el Grupo Grobocopatel. Qué duro es ver el rostro reseco de Doña Juana expulsada, de doña Juana sin tierra, de doña Juana con sus muertos bajo la soja. Qué duro es ver que se cortan las rutas para que China y Europa no dejen de tener soja fresca, y para que Monsanto no deje de vender sus semillas y sus agroquímicos. Qué duro es comprobar, con los dientes apretados, y con el corazón desierto y sin bosques, que nadie habló en nombre de los indígenas expulsados de sus territorios, de sus plantas medicinales, de su cultura y de su tiempo para que la soja y el glifosato sean los nuevos algarrobos y los nuevos duendes del monte. Qué duro es ver con las manos y tocar con los ojos que nadie habló en nombre de los campesinos echados a topadora limpia, a bastonazos y a decisiones judiciales sin justicia para que ingresen el endosulfán, las promotoras de Basf y las palas mecánicas con aire acondicionado. Qué duro es saber que nadie habló en nombre del suelo destruido por la soja y por el cóctel de plaguicidas. Qué duro es comprobar que muchos productores, gobiernos y ciudadanos no saben que los suelos solo son fabricados por los bosques y ambientes nativos, y nunca por los cultivos industriales. Qué duro es saber que para fabricar 2,5 centímetros de suelo en ambientes templados hacen falta de 700 a 1200 años, y que la soja los romperá en mucho menos tiempo. Qué duro es recordar que el 80% de los bosques nativos ya fue destrozado, y que funcionarios y productores no ven o no quieren ver que la única forma de tener un país más sustentable es conservar al mismo tiempo superficies equivalentes de ambientes naturales y de cultivos diversificados. Qué duro es observar cómo se extingue el campesino que convivía con el monte, y cómo lo reemplaza una gran empresa agrícola que empieza irónicamente sus actividades destruyendo ese monte. Qué duro es ver que el monocultivo de la soja refleja el monocultivo de cerebros, la ineptitud de los funcionarios públicos y el silencio de la gente buena. Qué duro es saber que miles de Argentinos están expuestos a las bajas dosis de plaguicidas, y que miles de personas enferman y mueren para que China y Europa puedan alimentar su ganado con soja. Qué duro es saber que las bajas dosis de glifosato, endosulfán, 2,4 D y otros plaguicidas pueden alterar el sistema hormonal de bebés, niños, adolescentes y adultos, y que no sabemos cuántos de ellos enfermaron y murieron por culpa de las bajas dosis porque el estado no hace estudios epidemiológicos. Qué duro es saber que los bosques y ambientes nativos se desmoronan, que las cuencas hídricas donde se fabrica el agua son invadidas por cultivos, y que Argentina está exportando su genocidio sojero a la Amazonia Boliviana. Qué duro es comprobar que las cacerolas relucientes son más fáciles de sacar que las topadoras y el monocultivo. Qué duro es comprobar que en nombre de las exportaciones se violan todos los días, impunemente, los derechos de generaciones de Argentinos que todavía no nacieron. Qué duro es ver las imágenes por televisión, los piquetes y las cacerolas mientras las almas sin tierra de los campesinos y los indígenas no tienen imágenes, ni piquetes, ni cacerolas que los defiendan. Qué duro es comprobar que estas reflexiones escritas a medianoche solo circularán en la casi clandestinidad mientras Monsanto gira sus divisas a Estados Unidos, mientras las topadoras desmontan miles de hectáreas en nuestro chaco semiárido para que rápidamente tengamos 19 millones de hectáreas plantadas con soja, y mientras miles de niños argentinos duermen sin saber que su sangre tiene plaguicidas, y que su país alguna vez tuvo bosques que fabricaban suelo y conservaban agua. Muy cerca de ellos las cacerolas abolladas vuelven a la cocina.

Dr. Raul A. Montenegro, Biologo Presidente de FUNAM Premio Nobel Alternativo 2004 (RLA-Estocolmo, Suecia). Profesor Titular de Biologia Evolutiva, Universidad Nacional de Cordoba (Argentina)
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Cosechando Dignidad. Por Miguel Romero

El autor de esta poesía es Miguel Romero, integrante de la Comunidad Eclesial de Base (CEB) Santísima Trinidad y del Equipo coordinador de CEBs. de Catamarca. Ambas han sido dedicadas a personas en especial que no mencionamos aquí.






Dicen que son unos vagos que no quieren trabajar. Oro y moro les prometen para ir a cosechar.
El patrón ya los espera la cosecha ha de empezar mano pobre y barata, sin derecho a reclamar.
Ellos son hermanos nuestros pero a todos les da igual. Sólo aquel que es Golondrina sabe lo que hay que sudar.

Dale y dale con tus manos, no le aflojes, sigue más, aunque duelan los nudillos, eso no debe importar. Sólo así en poco tiempo, el morral podrás llenar.
Premios ganan los patrones en el Podio que es Mundial. Extra Virgen el aceite, Catamarca sin igual.
De qué sirven las medallas que ellos se puedan ganar a costillas del esclavo que se esconde en el quintal.
Dejen que el patrón coseche: sólo así podrá palpar lo duro que significa ser un Peón Rural.
Espejitos de colores hoy nos vuelven a regalar esa mano que te oprime, que te quiere esclavizar.

Son los mismos del Gobierno con apoyo sindical: Servidores de los ricos los que quieren conquistar manos pobres y baratas, sin derecho a reclamar.

Catamarca: ¡Pegá el grito! que te escuchen los demás: Libertad para el que sufre, ser esclavos, nunca más.

Despertando Conciencia. Por Miguel Romero

El autor de este texto es Miguel Romero, integrante de la Comunidad Eclesial de Base (CEB) Santísima Trinidad y del Equipo coordinador de CEBs. de Catamarca. Ambas han sido dedicadas a personas en especial que no mencionamos aquí.




Decían que la minería progreso nos traería. Yo no se todavía en que cosiste el progreso.
Si ella mata el suelo nuestro con cianuro por doquier: lo que nadie quiere ver que nos va contaminando, el paisaje transformando en desierto el vergel.
A los Flores los recuerdo hoy con mucho dolor. Sé de su gran Amor por ese Suelo Nativo: Finca, casa, hasta el río, les quitó el invasor.
La pucha con la ambición del hombre de hoy en día como si al oro podría llevárselo en el cajón.
Donde están nuestros Gobiernos/ con discursos para el pobre que a cambio de unos cobres entregan todo lo nuestro sin importar lo siniestro que encierra su proceder.

Esos gobiernos de turno, sólo saben del transar con la multinacional. La favorecen en todo, y la Iglesia de algún modo, también nos llegó a entregar.
Catamarca está dormida le inyectaron regalías. Es la droga que hoy en día consume nuestro Gobierno. sin embargo el Dios supremo hará Justicia algún día.
Kusikausay yo te nombro de manera singular, siempre y en todo lugar Dios estará contigo defendiéndolo al nativo pa’lo que gusten mandar…

MILITANCIA “DE-BOCA-EN-BOCA”. Por Rosi Araoz



Una crónica ‘ordinaria’: porque narra hechos que se dan de manera corriente, natural, espontánea; no por ello desprovistos de pasión. Son los hechos que protagonizan las personas MILITANTES, los que defienden La Vida en toda su expresión, en toda su dimensión…
Militantes como quienes integran la ASAMBLEA SOCIO AMBIENTAL “KUSIKAUSAY”, nombre que en el idioma Quichua de nuestros ancestros de Pueblos Originarios, designa a LA VIDA (KAUSAY) con los atributos que plenifican los Sueños Humanos, a tal punto, que se inscriben en las Voluntades de Las Divinidades de todos los tiempos y de todas las culturas. En efecto, KAUSAY dice “Linda”, “Alegre”, “Tranquila”, “Feliz”…
Quienes seguimos las huellas de esta Utopía, no sin incoherencias ni contradicciones, nos ayudamos a formarnos en el Convencimiento sobre la Verdad de La Causa. Ello fortalece nuestro compromiso de modo que la Militancia se manifiesta en Acto-Actitud: Actuamos socialmente, realizamos gestos, expresamos palabras que manifiestan La Causa.
Y lo hacemos cotidianamente, ‘ordinariamente’. ¿Quién no trata de Vivir lo que Siente? ¿Quién no ‘aprovecha’ todo ‘Encuentro-con-otra-persona’, individual o colectiva, para Compartir lo que sabemos y sentimos? ¿Quién no intenta –del modo que considera más adecuado para ese Compartir- quien no intenta en el fondo: Persuadir, Invitar, Establecer Alianzas…?
Por lo general, no se hacen crónicas de hechos cotidianos. Sin embargo, ahora siento la necesidad de hacerla por la riqueza de la respuesta que logramos.
Durante los días 04 y 05 de marzo se llevó a cabo un Encuentro Taller para CEBs. de Buenos Aires, que contó con la presencia de más de 70 personas de las diferentes regiones del país y también, de Brasil y de Alemania. Entre ellas, dos representantes de las CEBs. de Catamarca que integramos esta Asamblea.
En dicho Encuentro manifestamos nuestra DENUNCIA A LA MEGA MINERÍA Y RECIBIMOS LA RESPUESTA QUE SIGUE:

La Voz de Otro Militante, de Otra Geografía: Julían Zini, de Corrientes, nos dijo:
YO ENTIENDO, HERMANA, CUANDO HABLAS DE
COLONIALISMO, SAQUEO, ROBO Y DESPOJO, MUERTE E IMPUNIDAD.
YO ENTIENDO.
PORQUE PUDE SER NOSOTROS Y NOSOTRAS CON MUCHA GENTE DE CORRIENTES. Y DESDE AHÍ, APRENDIMOS A LUCHAR
PARA DEFENDER NUESTRO IBERÁ…!



Y cuando sentís en tu Batalla que te gana
El Opresor, pero sabés que La Lucha sigue y lleva las de GANAR,
se te hace un nudo en el pecho y nace
EL SAPUKAY!!!
Yo pude hacer un Sapukay para bendecir al AGUA. Y le dije:
BENDITA AGUA:
Bendita Agua del cielo,
que alimentas nuestros ríos,
sos la lluvia y el rocío,
sos bendición de Tupá…
Bendita Agua del suelo,
hija de los manantiales,
sos pan en los arrozales
y alma del eucaliptal…
Bendita Agua vertiente,
cocido de nuestra infancia,
sos el mate y la sustancia,
pronto alivio natural…
Bendita Agua corriente,
sos la salud, la alegría,
y no una mercadería,
sos un Bien Universal..
Entonces sentí como el Agua Me Respondía:
Soy el Río de la Plata,
soy Paraná y Paraguay,
soy el Río de los Pájaros,
y el Salto y Yaciretá…
Bajando soy Cataratas,
brillando soy Iberá,
y en el vientre de la tierra,
soy la Vida que vendrá…
Y la voz del Agua me llevó a otros
paisajes de mi tierra: me fui a los suelos
del N.O.A., aquellos agrestes y duros,
silenciados por demás.
Me asomé a los ojos tristes de un
Changuito sin igual; me puse en el cuero
fuerte de una Chinita especial.

Desde ahí, le dije al Agua:
Bendita Agua salobre,
la del sudor y del llanto,
de la opresión y el quebranto
de tantos hijos de Dios…
Bendita Agua del Pobre,
Agua sucia y estancada,
Que fuiste y sos “peor es nada”
En su mundo de exclusión…
Bendita Agua servida,
sos deshecho y desperdicio,
y te han puesto el maleficio
de la Contaminación…
Bendita Agua, sos Vida;
perdón por nuestro pecado:
falta Amor, falta Cuidado,
y nos falta Educación!
El Agua volvió a decir:
Soy el Río de la Plata,
soy Paraná y Paraguay,
soy el Río de los Pájaros,
y el Salto y Yaciretá…
Bajando soy Cataratas,
brillando soy Iberá,
y en el vientre de la tierra,
soy la Vida que vendrá…
Por favor, no me maltrate,
No me envenene, señor;
Quiero seguir dando vida,
No me la quite, señor…
Recuerde que yo soy Agua:
Me fui, volví y aquí estoy…
No me obligue, yo soy RÍO:
¡CHAKE, SOY LA INUNDACIÓN!!!